En las espinacas podemos encontrar vitamina A, B1, B2, C y K, así como también una gran variedad de minerales, resaltando los niveles de hierro, calcio, fósforo, ácido fólico, zinc y magnesio.
También tiene cantidades importantes de antioxidantes conocidos como betacarotenos y representa una rica fuente de ácidos grasos Omega-3. Además aporta solo 16 calorías por cada 100 gramos y contiene un alto porcentaje de fibra.
Su bajo aporte calórico y la gran cantidad de fibra que aporta permiten controlar el peso corporal, sumándole el hecho de que produce un efecto de saciedad en quien la consume.
Gracias a sus niveles de fibra, el tránsito intestinal fluye mejor y la digestión es más eficiente, ayudando a prevenir distintos problemas, como por ejemplo el estreñimiento.
Procedimiento:
1.1.- Consumir espinaca en ensaladas, jugos, como ingrediente en diferentes tipos de guisos.
1.2.- Agregar espinacas, en su dieta aporta un porcentaje de hierro mucho mayor al que podemos encontrar en la carne, además de contener vitamina C, que ayuda a que se absorba mejor, lo que se traduce en un mayor nivel de energía.
1.3.- Procura consumir espinaca todos los días.