¿SE ATREVERÁ USTED A EXPLORAR LOS PODERES DE SU MENTE?
¡Usted es una mente con un cuerpo! »
Y, dado que es una mente, usted posee podares místicos… poderes conocidos y desconocidos. ¡Atrévase a explorar los poderes de su mente! ¿Por qué explorarlos?
Cuando haga los descubrimientos que le están aguardando, éstos le podrán reportar: (1) salud física, moral y mental, felicidad y riqueza; (2) éxito en la profesión o actividad que haya elegido; e incluso (3) un medio de influir, controlar, utilizar o aprovechar los poderes conocidos y desconocidos.
Y atrévase a investigar todas las fuerzas espirituales que se encuentran más allá del reino de los procesos físicos conocidos, unas fuerzas que podrá utilizar cuando aprenda a aplicarlas. Lo cual no le resultará muy difícil, no más difícil que encender un televisor por primera vez.
Porque un niño está en condiciones de sintonizar con su programa de televisión preferido. Y, cuando lo hace, desconoce cómo están construidos la emisora y el televisor, al igual que la tecnología en que está basado. Pero no importa. Lo único que el niño necesita es saber girar el mando adecuado o bien pulsar el botón preciso.
Verá usted en este capítulo de qué manera puede girar el mando adecuado o bien pulsar el botón preciso para conseguir lo que desee del aparato eléctrico más eficaz que jamás se haya concebido. A pesar de que este aparato es obra de la Potencia divina, usted lo posee. ¿Cómo está hecho? Bueno, entre otras cosas, está compuesto por más de ochenta millones de células eléctricas. Como es natural, consta de muchas piezas. Y cada pieza es en sí misma un mecanismo eléctrico.
Una de ellas es una maravilla eléctrica. Y, sin embargo, sólo pesa un kilo y medio aproximadamente. Su mecanismo está compuesto por más de diez mil millones de células que generan, reciben, registran y transmiten energía.
¿Cuál es este maravilloso aparato que usted posee? Su cuerpo. Usted es y será el mismo aunque pierda un brazo, un ojo u otras partes de su cuerpo.
¿Y la maravilla eléctrica? Su cerebro y su sistema nervioso. Éste es el mecanismo a través del cual se controla su cuerpo y a través del cual funciona su mente.
Y su mente: ésta también está compuesta por partes. Una es la conciencia y la otra es el subconsciente. Ambas
están sincronizadas y funcionan conjuntamente. Los científicos han conseguido averiguar muchas cosas acerca de la conciencia. Y, sin embargo, hace menos de cien años que empezamos a explorar el vasto territorio desconocido del subconsciente, pese a que el hombre utilizaba deliberadamente sus poderes místicos ya desde los primeros tiempos de la historia de la humanidad y pese a que incluso hoy en los aborígenes de Australia y otras poblaciones primitivas siguen haciéndolo en gran medida. ¡Empecernos a explorar ahora!
¡DÍA A DÍA ME ESTOY HACIENDO CADA VEZ MÁS RICO EN TODA LOS SENTIDOS! Empecemos
acompañando a Bill McCall de Sidney, Australia, en un viaje desde el fracaso y la derrota hasta el éxito y los logros. A la edad de diecinueve años, Bill estableció su propio negocio de cueros y pieles. Fracasó. A la edad de veintiún años se presentó como candidato al Congreso federal. Y una vez más fracasó. Parece ser, sin embargo, que estas y otras derrotas indujeran a este joven australiano a desarrollar un descontento inspirador.
Y entonces empezó a buscar las normas del éxito. Ocurría que Bill McCall deseaba hacerse rico y que podría encontrar las pautas para hacerse rico en los libros de inspiración. Mientras examinaba la sección de libros de inspiración de la biblioteca, a Bill le llamó la atención el título Piense y hágase rico: Pidió el libro y empezó a leerlo. Lo leyó una vez y después volvió a leerlo. Y, aunque lo leyó una tercera vez, no acertaba a comprender exactamente de qué manera podría aplicar los principios mediante los cuales algunos de los hombres más ricos del mundo lían adquirido sus riquezas. Y nos dijo: «Estaba leyendo Piense y hágase rico por cuarta vez mientras paseaba tranquilamente por una calle comercial de Sidney. ¡Y entonces ocurrió! Ocurrió de repente. Me detuve frente al escaparate de una carnicería y levanté los ojos. Y, en aquella décima de segundo, tuve un destello de inspiración.» Sonrió y siguió diciendo: «Exclamé en voz alta: “¡Ya está! ¡ Ya lo tengo!” Me sorprendió mi propio estallido emocional. También se sorprendió una señora que pasaba, la cual se detuvo a mirarme con asombro. Me apresuré a regresar a casa con mi nuevo descubrimiento. » Después añadió muy serio: «Entonces estaba leyendo el capítulo cuarto titulado Autosugestión. El subtítulo decía: El medio para influir en el subconsciente.
»Ahora recuerdo que, cuando yo era pequeño, mi padre solía leer en voz alta el librito de Emile Coué Autodominio a través de la autosugestión consciente.» Miró a Napoleón Hill y dijo: «Fue usted quien señaló en su libro que, si Emile Coué había conseguido que las personas evitaran la enfermedad y los enfermos recuperaran la salud por medio de la autosugestión consciente, la autosugestión también se podría utilizar para adquirir riquezas o cualquier otra cosa que uno pudiera desear. “Hágase rico a través de la autosugestión”: éste fue mi gran descubrimiento. Para mí fue un nuevo concepto». McCall describió después los principios. Casi parecía que se los hubiera aprendido de memoria a partir del libro. «Miren, la autosugestión consciente es el medio de control mediante el cual un individuo puede alimentar voluntariamente su subconsciente con pensamientos de carácter creador o, por negligencia, permitir que los pensamientos de carácter destructivo se abran camino hasta el rico vergel de su mente.
»Cuando lees en voz alta dos veces diariamente la expresión escrita de tu deseo de ganar dinero con emoción y atención concentrada, y ya te ves y te sientes en posesión del dinero, comunicas el objeto de tu deseo directamente al subconsciente. Mediante la repetición de este procedimiento, creas voluntariamente unos hábitos mentales favorables a tus esfuerzos de convertir el deseo en su equivalente monetario. »Permítanme repetirlo: es muy importante que, cuando se lee en voz alta la expresión escrita del deseo mediante la cual se intenta desarrollar una “conciencia monetaria”, se haga la lectura con gran emoción y sentimiento.
»La capacidad de utilización de los principios de la autosugestión dependerá en buena medida de la capacidad que uno tenga de concentrarse en un deseo determinado hasta que este deseo se convierta en un deseo ardiente. »Cuando llegué a casa, sin apenas resuello de tanto correr, me senté inmediatamente junto a la mesa del comedor y escribí: Mi principal objetivo concreto es el de ser millonario en 1960». Luego añadió mirando a Napoleón Hill : «Usted señaló que una persona tenía que concretar la cantidad de dinero que quería y establecer una fecha. Así lo hice».
El hombre con quien estábamos hablando no era el joven Bill McCall que fracasó a la edad de 19 años. Era conocido como el honorable William McCall, el miembro más joven que jamás hubiera tenido el Parlamento australiano, antiguo presidente de la junta de directores de la filial de la Coca-Cola en Sidney y director de veintidós empresas de propiedad familiar. Y en cuanto a la riqueza, cabe señalar que se hizo millonario y llegó a ser tan rico como algunos de los hombres sobre los cuales había leído en el libro que le permitió explorar el poder de su subconsciente con la autosugestión. (¡Cabe señalar, por cierto, que se convirtió en millonario con cuatro años de adelanto!)
¡DÍA A DÍA VOY SIENDO CADA VEZ MEJOR EN TODOS LOS SENTIDOS! Observará usted que
utilizamos la palabra «autosugestión» como sinónimo del término «autosugestión consciente» utilizado por Emile Coué.
McCall recordó que, cuando él era pequeño, su Padre se había beneficiado de un descubrimiento hallado en un libro de aquel entonces, un descubrimiento que cualquier hombre, mujer o niño puede utilizar con eficacia en cuanto lo conozca por sí mismo. Al mal que Bill McCall y su padre, usted puede emplear también adecuadamente el poder de la autosugestión conciente. Ahora bien, la autosugestión consciente le fue revelada a Emile Coué porque éste se atrevió a explorar los poderes de su propia mente y de la de los demás.
Antes de hacer su gran descubrimiento, solía utilizar la hipnosis para curar las enfermedades físicas de sus
pacientes. Sin embargo, tras haber hecho su gran descubrimiento (que, en realidad, estaba basado en una simple ley natural), abandonó la utilización de la hipnosis. ¿Y cómo descubrió y reconoció esta ley natural? Emile Coué realizó su gran descubrimiento al hallar la respuesta a algunas preguntas que se había formulado a sí mismo. Dichas preguntas fueron:
Pregunta nº 1: ¿Es la sugestión del médico o es, por el contrario, la sugestión de la mente del enfermo la que logra la curación?
Respuesta: Coué demostró en forma concluyente que era la mente del enfermo la que, en forma subconciente o bien consciente, llevaba a cabo la sugestión a la que reaccionaban su propia mente y su propio cuerpo.
Pregunta nº 2: Si la sugestión del médico estimula la sugestión interna del paciente, ¿por qué no puede el paciente utilizar por sí mismo sugestiones sanas y útiles? ¿Y por qué no puede abstenerse de las perjudiciales sugestiones negativas?
La respuesta a esta segunda pregunta se produjo rápidamente: a cualquier persona, incluso a un niño se le puede enseñar a desarrollar una Actitud Mental positiva. El método consiste en repetir afirmaciones positivas como: Día a día, en todos los sentidos por medio de la gracia de Dios, voy mejorando cada vez más. A lo largo de La actitud mental positiva: un camino hacia el éxito, descubrirá usted muchos factores de automotivación que podrá utilizar para su autosugestión. Y si, en estos momentos, no sabe usted todavía cómo utilizar la autosugestión, lo sabrá sin duda antes de finalizar la lectura de este libro.
CUANDO LA PUERTA DE LA MUERTE ESTÁ A PUNTO DE ABRIRSE. En los Estados Unidos nacen cada año 450.000 niños fuera de la institución matrimonial y más de un millón y medio de adolescentes ingresan en instituciones penitenciarias por robo de automóviles y` otros delitos. Esas tragedias personales podrían evitarse en muchos casos si: (a) los padres aprendieran a utilizar adecuadamente la sugestión, y (b) a sus hijos e hijas se les enseñara a utilizar eficazmente la autosugestión espiritual. Por medio de un adecuado uso de la sugestión, se podría estimular a los jóvenes a desarrollar unas normas morales inviolables por medio de su propia autosugestión consciente y éstos Podrían así neutralizar o rechazar con inteligencia las sugestiones indeseables de sus compañeros.
Como es natural, el individuo suele responder con más frecuencia a lo largo de toda su vida a una autosugestión (inconciente) que a la autosugestión consciente. En tales casos, responde al hábito y a un impulso interior del subconsciente. Cuando un hombre con una AMP se enfrenta con un serio problema personal, los factores de automotivación surgen del subconciente y llegan hasta la conciencia para acudir en su ayuda. Ello es especialmente cierto en momentos emergencia, sobre todo cuando está a punto de abrirse la puerta de la muerte. Es lo que le ocurrió a Ralph Weppner de Toowoomba, Queensland, Australia, uno de los alumnos de nuestro curso AMP, «La ciencia del éxito».
Era la una y media de la madrugada. En una pequeña habitación de hospital, dos enfermeras se encontraban junto al cuerpo de Ralph. A las cuatro y media de la tarde anterior, se había llamado con urgencia a la familia para que acudiera al hospital. Al llegar los familiares junto al lecho del enfermo, Ralph se encontraba en estado de coma como consecuencia de un grave ataque al corazón. Los parientes se hallaban en el pasillo, cada uno de ellos preocupándose por él o rezando a su manera.
En la habitación escasamente iluminada, ambas enfermeras se afanaban con inquietud -cada una en una muñeca-, tratando de encontrarle el pulso. Puesto que Ralph había estado en coma durante todo aquel período de seis horas y el médico había hecho todo lo que había podido, éste había abandonado la habitación, yendo a visitar a otros pacientes del hospital que también se encontraban en situación crítica.
Ralph no podía moverse, hablar ni sentir nada. Y, sin embargo, podía oír las voces de las enfermeras, Pudo pensar claramente durante algunos momentos. Oyó que una de las enfermeras decía muy excitada «¡No respira! ¿Puede usted encontrarle el pulso?» «No», fue la respuesta. Una y otra vez oyó la pregunta y la respuesta: «¿Puede usted encontrarle el pulso?». «No.»
«Estoy bien -pensaba él-, pero debo decírselo. Tengo que encontrar el medio de decírselo.»
Al mismo tiempo, le resultaba gracioso que las enfermeras se engañaran de aquel modo. Y seguía pensando:
«Estoy muy bien. No voy a morir. Pero ¿cómo… cómo… se lo voy a decir?» Y entonces recordó el factor de automotivación que había aprendido: ¡Puede hacerlo si cree que puede! Trató de abrir los ojos, pero parecía que cuanto más lo intentaba, tanto más imposible le era. Sus párpados no respondían a las órdenes de su voluntad.
Trató de mover el brazo, la pierna, la cabeza… pero no podía sentir ninguna reacción en absoluto. En realidad, no sentía nada. Una y otra vez trató de abrir los ojos hasta que, al final, oyó unas palabras: «Me ha parecido verle parpadear… aún está ahí».
«No experimentaba ningún temor -dice Ralph-, y seguía pensando que todo aquello resultaba muy gracioso. Periódicamente, una de las enfermeras me decía: “¿Está usted ahí, señor Weppner? ¿Está usted ahí?”. A lo cual yo trataba de responder, moviendo el párpado para decirles que estaba bien… que aún estaba ahí.»
La situación se prolongó durante un buen rato hasta que, gracias a sus constantes esfuerzos, Ralph pudo abrir finalmente un ojo y después el otro. Fue entonces cuando el médico regresó. Con una extraordinaria pericia y persistencia entre él y las enfermeras le devolvieron a la vida.
PERSUASORES OCULTOS. Sin embargo, fue la autosugestión del “Puede hacerlo si cree que puede”, aprendida de memoria en el curso de AMP, «La ciencia del éxito», la que le ayudó a salvarse cuando se encontraba a las puertas de la muerte.
Los libros que leemos y los pensamientos que se nos ocurren influyen en nuestro su consciente. No obstante, hay también unas fuerzas invisibles que ejercen unos efectos análogamente poderosos aunque su carácter sea subliminal, es decir, aunque se encuentra fuera del ámbito de la conciencia.
Estas fuerzas invisibles pueden deberse a causas físicas conocidas o bien a fuentes desconocidas. Antes de comentar lo desconocido, ilustremos un ejemplo que es de conocimiento general desde que se publicó la obra Persuasores ocultos, de Vance Packard. La historia se publicó primero en los periódicos norteamericanos y después fue recogida por las revistas. Consideremos un informe que se publicó en una importante revista nacional a propósito del tema de la publicidad subliminal. El informe se refiere a un experimento que se llevó a cabo en un cine de Nueva Jersey en el que los mensajes publicitarios se proyectaban con tanta rapidez en la pantalla que los espectadores no eran conscientes de ellos.
Durante un período de seis semanas, más de cuarenta mil personas participaron sin saberlo en esta prueba mientras se encontraban en el cine. En la pantalla, por medio de un proceso especial que los hacía invisibles a simple vista, se proyectaban dos mensajes publicitarios sobre unos productos que podían adquirirse en el vestíbulo del cine. Al término de las seis semanas, se elaboró una tabla con los resultados: las ventas de uno de los productos habían aumentado en más de un 50 por ciento, mientras que las del otro experimentaron un incremento de casi un 20 por ciento.
El inventor del proceso explicó que, a pesar de que los mensajes eran invisibles, habían llegado hasta el público gracias a la capacidad del subconsciente de absorber las impresiones que son demasiado fugaces como para que la conciencia pueda captarlas. Cuando el informe apareció en la prensa, el público se horrorizó ante «este intento de canalizar nuestros hábitos mentales, nuestras decisiones de compra y nuestros procesos mentales» mediante el uso de la sugestión subliminal. La gente se asustó. Temía que la sometieran a un lavado de cerebro en la forma más sutil. Y, sin embargo, nos sorprende que nadie planteara la cuestión desde el punto de vista de una AMP. La sugestión subliminal también puede emplearse para objetivos deseables. Todo el mundo sabe que el poder puede usarse para bien o para mal, según se dirija. Ahora que el experimento ha demostrado sus efectos, no hace falta mucha imaginación para comprender qué beneficiosos resultados podrían obtenerse en caso de que los siguientes factores de automotivación se proyectaran en una pantalla cinematográfica: ¡Dios es siempre un Dios bueno!
¡Día a día, en todos los sentidos, por medio de la gracia de Dios, va usted siendo cada vez mejor! ¡Tenga el valor de enfrentarse con la verdad! ¡Lo que el hombre puede concebir y creer, la mente del hombre lo puede alcanzar con una AMP!
¡Toda adversidad lleva la semilla de un beneficio equivalente o todavía mayor para aquellos que tienen una Actitud Mental Positiva! ¡Usted puede hacerlo si cree que puede! Éste sería el planteamiento de la AMP, siempre y cuando se obtuviera de antemano, como es lógico, el consentimiento del público. Otro ejemplo de fuerza física conocida que afecta al subconsciente nos lo ofrece el efecto del radar en los navegantes.
¿POR QUÉ SE HUNDIERON LOS BUQUES «ANDREA DORIA» y «VALCHEM»? Cuando el Andrea
Doria, capitaneado por Pierre Calamai, y el Stockholrn, bajo las órdenes del capitán H. G. Nordenson, chocaron aproximadamente a 50 millas de la isla de Nantucket, cincuenta personas perdieron la vida. El Andrea Doria fue localizado por el oficial de radar del Stockholm cuando ambos buques se encontraban a unas 10 millas el uno del otro. El lujoso buque Santa Rosa, de la Grace Line, bajo el mando del capitán Frank S. Siwik, chocó con el petrolero Valchem el 26 de marzo de 1959, a 22 millas de la costa de Nueva Jersey. Cuatro tripulantes resultaron muertos.
El segundo de a bordo, Walter Wells, oficial de radar del Santa Rosa, afirmó que había trazado dos gráficos del rumbo del Valchem. En ambos casos, las investigaciones no permitieron hallar una explicación satisfactoria de la causa de las colisiones. ¿Pudieron ser las ondas de los instrumentos de radar la verdadera causa? Tal vez Sidney A. Schneider tenga la respuesta. De joven, Sidney A. Schneider, de Skokie, Illinois, empezó a mostrar interés por el hipnotismo al observar cómo su hermano mayor, estudiante universitario, conseguía hipnotizar con éxito a su primer sujeto. Sidney se convirtió en un experto hipnotizador. Posteriormente trabajó como radiotelegrafista y como ingeniero electrónico.
En la segunda guerra mundial, Sidney Schneider se convirtió en una de las piezas fundamentales del sistema conocido como «I.A.E.», es decir, «Información, Amigo o Enemigo». Su misión consistía en cerciorarse de que todos los buques que abandonaran nuestro país (Estados Unidos) estuvieran dotados de equipos de radar. Observó que, en algunas ocasiones, los oficiales de radar entraban en un estado de hipnosis. Y no se percataban de que habían entrado en un estado de hipnosis cuando salían del mismo.
Gracias a sus conocimientos hipnóticos y electrónicos, Schneider llegó a la conclusión de que la concentrada atención de los oficiales navales tenía lugar cuando las ondas del aparato de radar quedaban sincronizadas con las ondas cerebrales del oficial en cuestión. Basándose en esta teoría, modificó las ondas del instrumento de radar y eliminó la posibilidad de los estados hipnóticos. Sidney Schneider nos dijo que había convertido sus conclusiones sobre el principio que sumía a los oficiales de radar en un estado hipnótico en el llamado Sincronizador de Ondas Cerebrales, un aparato que inventó al término de la guerra.
¿Qué es el Sincronizador de Ondas Cerebrales? Es un instrumento electrónico destinado a provocar diversos niveles de hipnosis a través del estímulo subliminal y luminoso de las ondas cerebrales. El instrumento puede utilizarse solo o bien combinado con una grabación magnetofónica de las sugestiones verbales del terapeuta. Al paciente no se le aplica ningún tipo de conexión física. Los resultados se obtienen a cualquier distancia a la que resulte visible la luz del aparato. El aparato permite que la luz provoque profundos niveles hipnóticos en más del 90 por ciento de los sujetos en un promedio de tres minutos.
En un experimento realizado con el Sincronizador de Ondas Cerebrales, ninguno de los sujetos fue informado acerca del aparato o de los efectos que éste podía producir. Tampoco se les dijo que estaban siendo objeto de un experimento. Y, sin embargo, un 30 por ciento de ellos fue hipnotizado en distintos grados, que oscilaron entre estados ligeros y profundos. ¿Por qué y cómo funciona el Sincronizador de Ondas Cerebrales?», preguntamos nosotros. «Es como una emisora de televisión -dijo Schneider-. El cerebro humano produce impulsos (ondas) eléctricos en varias frecuencias. Este conocimiento lleva aplicándose en el campo de la medicina desde el año 1929, y el invento del electroencefalógrafo comúnmente llamado aparato de EEG es un instrumento que registra las ondas cerebrales.
«Mi aparato funciona en forma parecida a como lo hace un sistema de televisión -añadió Schneider-. La razón de que las imágenes que recibe el televisor no se desplacen hacia arriba o hacia abajo reside en que los impulsos generados en el interior del aparato se hallan sincronizados con los correspondientes impulsos generados por la emisora de televisión. El televisor se ve obligado a funcionar según el ritmo controlado por la emisora y la imagen tiene que obedecer. »Al igual que una emisora de televisión, el Sincronizador de Ondas Cerebrales produce también unos impulsos de sincronización.
Y, a través del estímulo luminoso, las ondas enviadas por el sincronizador hacen que la frecuencia de las ondas cerebrales siga el mismo ritmo. Llegados a este punto, se puede provocar la hipnosis. Basta comparar el cerebro con un televisor y el Sincronizador de Ondas Cerebrales con una emisora de televisión.» Y a medida que siga leyendo, podrá observar usted que, aparte de comparar su cerebro con un televisor, también podrá compararlo con una emisora de televisión.
ALGUNOS CONOCIMIENTOS PUEDEN SER PELIGROSOS. Acabamos de explorar algunas de las fuerzas invisibles debidas a causas físicas conocidas. Entremos ahora en el reino de lo desconocido, en el emocionante campo de fenómenos psíquicos tales como:
1. PES (percepción extrasensorial)… conciencia o bien reacción ante un acontecimiento o influencia ex- terna no captada por medios sensoriales. Entre ellos se incluyen
(a) Telepatía… transferencia de pensamientos.
(b) Clarividencia… capacidad de discernir objetos no perceptibles por los sentidos.
(c) Precognición… visión del futuro.
(d) Postcognición… visión del pasado.
2. Psicocinesis… efecto de la mente sobre un objeto.
Pero seamos realistas y mantengamos los pies firmemente apoyados en el suelo. ¡Exploremos lo desconocido con sentido común! Correrá usted peligro a menos que utilice la lógica y evite los efectos de sus
«telarañas» mentales. Los hechos deberían ser los pontones que le permitieran cruzar el río de la duda. Por consiguiente, deje que un guía experto le dirija por caminos seguros. Le vamos a presentar a este guía. Pero antes, hablemos del pasado.
El famoso libro de Thomas J. Hudson La ley de los fenómenos físicos se convirtió en un gran éxito editorial al ser publicado en 1893. La obra contenía descripciones de emocionantes experiencias psíquicas. La imaginación de decenas de millares de lectores se sintió estimulada. Algunos de ellos estaban preparados para el acontecimiento, pero otros no.
A partir de entonces, el interés del público por los fenómenos psíquicos fue aumentando rápidamente. Sin embargo, muchas personas que no estaban debidamente preparadas se perjudicaron a sí mismas llegando incluso a perder la razón. Ello se debió al espanto y al interés magnético que algunos conocimientos acerca de los poderes psíquicos generaron en ellas. Algunas personas no adecuadamente instruidas, inmaduras mentalmente y no muy bien equilibradas emocionalmente, tienen una clara tendencia a sentirse fascinadas por este intrigante estudio. Es fácil comprender por qué tantos dirigentes religiosos, científicos y personas responsables del bienestar de la población han anatematizado el estudio de los fenómenos psíquicos:
1. Las imaginaciones se desbordaban y amenazaban la cordura de la gente.
2. La realidad y la ficción no se distinguían entre sí.
3. El hipnotismo practicado por aficionados y artistas de variedades, así como los engaños y los fraudes practicados por faquires, médiums y charlatanes, abusaban de la mente del público.
4. Los principios religiosos fundamentales se encauzaban hacia el mal.
Cualquier cosa asociada con los fenómenos psíquicos resultaba repelente y era tabú.
A pesar de los peligros y tabúes y del ostracismo social o profesional, hubo hombres valientes, honrados y sensatos que exploraron la verdad. Pero fue la prolongada y valerosa lucha del doctor Joseph Banks Rhine, perteneciente en otros tiempos a la Universidad de Duke, con el estímulo y la ayuda de su esposa, la doctora Louisa E. Rhine, lo que dio un enfoque respetable al estudio de los fenómenos psíquicos. Ello se debió al intachable carácter del doctor Rhine y a sus 30 años de experimentos controlados de laboratorio basados en leyes matemáticas. Su tarea fue muy difícil porque los fenómenos psíquicos espontáneos no suelen producirse en un laboratorio. Tales fenómenos ocurren cuando menos se espera y, a menudo, cuando una persona se encuentra en un estado de gran tensión emocional o se ve dominada por un intensificado deseo obsesivo… coincidiendo con frecuencia con la muerte de algún ser querido.
LA COMPAÑÍA WESTINGHOUSE REALIZA INVERSIONES EN COMUNICACIONES POR PES. No cabe
duda de que cualquier autor que trate hoy en día el tema de los fenómenos psíquicos procura ampararse en la respetabilidad del doctor Rhine, haciendo referencia a la persona de éste y a la Universidad de Duke de tal manera que sus propias teorías resulten digeribles. Nosotros no somos una excepción. Y le sugerimos con urgencia que, si el tema le interesa, lea la obra “El alcance de la mente” y los demás libros del doctor Rhine como autor o coautor. Nuestra recomendación: deje que el Joseph Banks Rhine sea su guía.
¿Hasta qué extremo ha sido eficaz la labor del doctor Rhine en lo relativo a romper la resistencia a la investigación y la creencia en estos extraños poderes de la mente? Nos parece que una buena prueba estriba en el hecho de que los sesudos hombres de negocios están convencidos de ello y están llevando a cabo experimentos por su cuenta: en el transcurso de una entrevista, el doctor Peter A. Castruccio, director del Instituto Westinghouse de Astronáutica, confirmó que los científicos de la Westinghouse estaban realizando investigaciones con el fin de hallar un medio para utilizar la telepatía y la clarividencia en comunicaciones de larga distancia. El doctor Castruccio mantuvo, además, muchas entrevistas con el doctor Rhine antes de adoptar una decisión sobre la puesta en marcha de este gran experimento.
¿Alcanzarán el éxito las investigaciones encaminadas a utilizar la telepatía y la clarividencia con fines comerciales? Contestaremos de la siguiente manera: no hace mucho tiempo, la gente se burlaba de ciertas ideas que entonces resultaban increíbles, pero que hoy en día se dan por descontadas: (a) la conversión de la materia en energía y de la energía en materia; (b) la desintegración del átomo; (c) los satélites fabricados por el hombre; (ch) la propulsión a chorro; (d) cualquiera de los artículos actualmente de uso cotidiano como, por ejemplo, los televisores.
¿Y qué decir de la computadora electrónica, diseñada a partir de la computadora humana, es decir, el cerebro y el sistema nervioso humanos? ¡Todo ello lo concibieron, lo creyeron y lo llevaron a cabo hombres con una AMP! ¡Los aparatos que funcionan a la velocidad de la luz, es decir, a 300.000 kilómetros por segundo! ¡Los aparatos que pueden calcular 40.000 Operaciones aritméticas por segundo y detectar y corregir sus propios errores! Aparatos que se convirtieron en realidad porque el hombre introdujo en ellos unos circuitos eléctricos que funcionan en muchos sentidos como el sistema nervioso de nuestro propio cuerpo físico.
Nuestra respuesta:
¡Lo que la mente del hombre puede concebir y creer, la mente del hombre puede alcanzarlo con una AMP!
Sin embargo, ningún aparato o invento realizado por el hombre es tan maravilloso como la prodigiosa computadora humana que usted posee: su cerebro y su sistema nervioso, con la fuerza de su actividad eléctrica. El hombre es algo más que un cuerpo con un cerebro. Usted es una mente con un cuerpo, ¡una mente que posee y recibe la influencia de poderes conocidos y desconocidos! Una mente compuesta de dos partes: la conciencia y el subconsciente.
Aquí hemos acentuado más el concepto del subconsciente y de los poderes y fuerzas conocidas y desconocidas que influyen en él. Pero, ¿qué decir de la conciencia? Ésta es también muy importante y a ella nos referiremos en el siguiente capítulo titulado … ¡Y algo más!
Ahora, si su reacción a lo que ha leído no le ha permitido comprender de qué manera puede girar el mando adecuado o bien pulsar el botón preciso para conseguir lo que quiera de su propio aparato, atrévase a explorar los poderes de su mente. Siga los consejos de la Guía nº 4 …¡Y algo más!
GUÍA Nº 4
Ideas a seguir
1. Usted es una mente con un cuerpo. Su cuerpo es un aparato eléctrico. Su cerebro es un mecanismo eléctrico maravilloso.
2. Su mente tiene dos partes: la conciencia y el subconsciente. Ambas funcionan conjuntamente.
3. Autosugestión consciente y sugestión son términos sinónimos y se contraponen a la autosugestión en tanto que actividad inconciente. La autosugestión envía automáticamente mensajes desde el subconsciente a la conciencia así como a las distintas partes del cuerpo. En el subconsciente están localizados el hábito, la memoria, las normas inviolables de conducta, etc.
4. Día a día, en todos los sentidos, voy mejorando cada vez más. Las afirmaciones del propio «yo» repetidas con frecuencia, rapidez y firmeza influyen en el subconciente y lo impulsan a reaccionar. Bill McCall adquirió riqueza mediante el uso de la autosugestión.
5. El gran descubrimiento de Coué fue el siguiente: puede usted utilizar sugestiones sanas y positivas para ayudarse a sí mismo. Y puede también rechazar las sugestiones negativas y perjudiciales.
6. Aprenda a utilizar la adecuada sugestión para influir en los demás. Aprenda a utilizar las adecuadas autosugestiones conscientes. Cuan do lo haga, podrá conseguir: salud física, moral y mental, felicidad y éxito.
7. Usted puede hacerlo si tiene una AMP y cree que puede.
8. Persuasores ocultos: elija el planteamiento de la AMP.
9. Su cerebro envía energía en forma de ondas cerebrales. Y esta energía es una fuerza que puede influir en otra persona o en un objeto.
10. Algunos conocimientos pueden ser peligrosos. Atrévase a explorar los poderes de su mente. Cuando entre en el peligroso territorio inexplorado de los fenómenos psíquicos, deje que el doctor Joseph Banks Rhine sea su guía.
DÍA A DÍA, EN TODOS LOS SENTIDOS, MEDIANTE LA GRACIA DE DIOS, VOY SIENDO CADA VEZ MEJOR A TRAVÉS DE UNA AMP
CONTINUACION…
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